28/4/09

Sombras Eternas (parte 1)

Hola, mi nombre es Benjamin Taylor y desde hace treinta años vivo en la cárcel. ¿Cuanto tiempo me queda para salir?, se preguntaran, me quedan veinte años. Aunque eso ya no importa, a decir verdad nunca importo. El dolor en mi corazón y el remordimiento en mi conciencia es mas grande que cualquier sentencia que me puedan dar en este lugar. Soy un hombre mayor; Unos cuantos cabellos blancos cubren ahora lo que antes fue una brillante y abundante cabellera negra, las arrugas cubren lo que algún día fue un sonriente rostro, los estragos de la edad martirizan mi débil y delgado cuerpo, y bajo mis ojos, se encuentran unas ojeras que se formaron desde el primer día que entre a prisión.

Llevo años sin poder dormir bien. El insomnio se vuelve parte de tu vida cuando la culpa y los cargos de conciencia invaden tu mente, las pocas horas que consigues dormir no sirven mas que para mostrarte horribles pesadillas de ese oscuro mundo donde te encuentras, recordándote que nunca mas podrás escapar de ese cruel destino que te espera y burlándose de ti, diciéndote que lo único que te podría salvar es la muerte. Fui arrestado cuando tenia treinta años, tengo claro que todo fue mi culpa, y a estas alturas de mi vida, ya no creo en nada, no tengo esperanzas, se que no saldré de este lugar y si lo hago sera solo para ser enterrado. No tengo sueños, nunca los tuve. No hay palabras suficientes para expresar cuanto me odio, cometí muchos errores en mi vida, de los cuales no me enorgullesco, pero espero que logren ustedes entender que mi vida no fue nada fácil. Aunque eso no me justifique. Si pudiera tan solo regresar el tiempo a aquel día, les juro que lo haría, todo seria tan diferente.

Nací en un hogar estable, vivía junto con una madre y un padre, los cuales eran mi todo. Yo era su único hijo. No eramos ricos, solo eramos una familia de clase media, pero aun así, por ser el único hijo casi siempre obtenía lo que quería. Mi lista de regalos de navidad era bastante extensa, y por lo general siempre recibía casi todo o todo lo de la lista. Podría decirse que tengo buenos recuerdos sobre mi infancia. Pero no puedo decir lo mismo de mis años posteriores a esa etapa de mi vida. Mi padre era un importante ejecutivo y mi madre solo se dedicaba alas labores del hogar y a cuidarme. Yo amaba a mi madre, era la persona mas maravillosa y bella del mundo, y a mi padre.. a mi padre lo admiraba tanto, deseaba ser como el cuando creciera.

Todo eso cambio un día cuando yo tenia doce años, lo suficientemente mayor para comprender ciertas cosas, no era del todo un hombre pero ya no era tampoco un niño, ni me gustaba que me trataran como uno. Podía notar como los problemas y las discusiones entre mis padres aumentaban día con día, mi madre le reclama cosas a mi padre, el siempre terminaba molesto, tomaba sus cosas, se iba de la casa y no regresaba hasta en la madrugada en ocasiones uno u dos días después. Muchas veces sorprendí a mi madre llorando, ¿que te pasa mamá?, era lo que le preguntaba, pero nunca me respondía, rápidamente se secaba las lágrimas, me tomaba de la mano y con el mas suave tono de voz me contestaba, no pasa nada Benji, estoy solo un poco sentimental, y me daba el mas dulce y tierno beso que una madre puede darle a su hijo, a pesar de que agradecía el beso, no creía en su mentira, ¿cual era la razón que hacia llorar a mamá? por mucho tiempo estuve tratando de descubrirlo y un día sucedió.

Regrese a mi casa después de la escuela, la puerta estaba abierta, me llene de temor y me apresure a la casa angustiado de que algo le hubiera pasado a mamá o algún ladrón hubiera entrado a robar. Pero no, no era un ladrón, era papá. Estaba sentado en la orilla del sillón, con lágrimas en los ojos, pidiéndole perdón a mi madre, y ella estaba como loca estaba bastante enojada, no, mas bien ¡Estaba furiosa!, al mismo tiempo alterada, temblorosa y desesperada, caminaba de un lado a otro. Algo andaba mal, al parecer ellos no se percataron de mi presencia, por lo que pude escuchar la conversación que hubo entre ellos ese día:

- ¡¿Como pudiste?!¿Acaso estas loco? no, tu no estas loco, no, !estas enfermo!- era lo que ella le decía a mi padre en un tono de voz que jamas la había escuchado usar.

- Perdoname, no era mi intención, pero ya no tenia nada, el de el préstamo lo sugirió y yo estaba seguro que ganaría por eso acepte, pero el plazo para pagar fue muy corto- le contesto mi padre, pude darme cuenta de como su mirada se había oscurecido de tal forma que lo desconocí completamente. ¿Que pasa?, pensaba yo, ¿que era toda esa platica?

-Estas loco, enfermo, ¿Porque no dejaste que simplemente te mataran a ti? porque tenias que meter a nuestro hijo y a mi en esto, ¡¡son tus malditas deudas de juego!! por el amor de dios, Ben es solo un niño, ¿te das cuenta?- le gritaba mamá a mi padre con lágrimas en los ojos mientras que con sus delicadas manos lo golpeaba en el pecho esperando alguna reacción de el, pero era inútil, parecía como si el hubiera perdido la razón.- Tenemos que irnos de aquí, si solo llevare lo necesario y nos desapareceremos por unos meses en lo que dejan de buscarnos- se decía mama a si misma mientras iba de un lado a otro recogiendo unas cuantas cosas que consideraba tenían cierto valor, cuando se dio cuenta que yo estaba parado en el umbral de la puerta.

- ¡Benjamín! qué bueno que llegaste, corre, ve por tus cosas, solo lo necesario, debemos salir de emergencia.

-¿Que está pasando? - pregunte asustado.

-No hay tiempo para explicaciones, ve por tu cosas debemos irnos.

-Es muy tarde.. ellos ya vienen en camino.- dijo papá levantándose del sillón al mismo tiempo que sacaba una pistola de la bolsa de su saco.

-¿Qué estás haciendo?¿Estás loco? suelta eso...- grito mamá.

- Perdónenme los dos, no era mi intención..- innumerable cantidad de lágrimas empezaron a salir de sus ojos, y apuntando la pistola en su cabeza, jalo el gatillo y su cuerpo se desplomo sobre el piso. La sangre empezó a correr por todos lados, gritos de horror de mi madre llenaban la habitación, yo estaba paralizado, era solo un niño, ¿porque estaba pasando todo eso?

-Papa... ¡¡levántate, papa!! No estés jugando, por favor, dime algo...- pero no hubo respuesta alguna, estaba asustado, tenia miedo, mucho miedo, las lágrimas no dejaban de salir, ¿que era esa horrible sensación? Mamá se encontraba de el otro lado de la sala, de rodillas con la manos sobre la cara, llorando, temblaba como si la hubieran encerrado en un congelador, estaba perdida, trastornada, cuando logro recuperarse de el impacto ya era muy tarde.

Carros lujosos se estacionaron fuera de la casa, hombres con trajes negros entraron a la fuerza a la casa, cada uno con una pistola en la mano, tomaron a mi pobre madre de el cabello y la obligaron a levantarse al igual que a mí, nos sacaron a empujones de la casa, bajo amenazas de que si intentábamos algo nos matarían y nos obligaron a subir a uno de esos autos.

No podría describir el miedo tan grande que sentí en aquel momento, y ni siquiera podrían imaginarlo.