10/4/08

Reminders

Mood: Sleepy


Después de varios días de haber escrito mi blog anterior, por fin me decidí a escribir este.
lo había estado pensando bastante y muchas veces tuve la intención de hacerlo, pero siempre se me pasaba y decía luego lo escribo.

Hoy mientras recorría ese camino de el trabajo a mi casa, un camino que ya se de memoria, me puse a mirar a mi alrededor. Muchas veces eh pasado por ahí y lo seguiré haciendo mientras viva en esta calle, pero nunca me había puesto a observar con detenimiento. Por un momento sentí que se me movió el mundo, e inclusive por unos segundos desconocí todo eso que me rodeaba. Todos los días veo la misma calle llena de baches, los mismos carros, las mismas caras de todas esas personas que a mi parecer son bastante odiosas, esas mismas personas que van por la calle en su carro y de la nada se paran, apagan el carro, se bajan y lo dejan atravesado a media calle deteniendo el trafico. No puedo evitar pensar en como se vera todo eso dentro de cincuenta años, hoy mientras pasaba la vista por todos los edificios y negocios que al mismo tiempo que caminaba iba dejando atrás, me imaginaba todo eso en ruinas, lleno de ratas y apunto de derrumbarse. Sin duda alguna una imagen muy triste.

Apesar de odiar tener que pasar todos los días por el mismo lugar, ver la interminable fila de carros con personas que quieres cruzar al otro lado, que me molesta e irrita bastante, no puedo negar que si algún día me fuera de aquí y llegara a regresar cincuenta años después y ver que todo eso que ahora es mi presente, se ah convertido en parte de mi pasado, sentiría nostalgia, porque aunque yo lo odie, eso ya forma parte de mi vida y de mis recuerdos.

El otro día, mientras estaba acostada en mi cama esperando a que el sueño tocara a mi puerta, me surgió una extraña duda. ¿Porque los seres humanos debemos tener recuerdos? y no solo eso si no también almacenar innumerables cantidades de información, que probablemente el 50% es basura. ¿Por que no simplemente recordar lo básico y almacenar lo necesario? Es decir porque debemos recodar todo lo que nos causa dolor, como la muertes de algún familiar querido o una mascota, o cuando tuviste un accidente, que te rompieron el corazón etc. etc.
Y también ¿porque recordar todo lo que nos causa felicidad? No hay nada como el presente, todo eso se vive una sola vez, y es mejor disfrutarlo, los recuerdos son solo imagenes vagas que crea la mente, pero son solo eso. Y aunque por un lado pienso eso, por el otro creo que seria un poco vació no recordar todo eso, por que al final de cuentas eso es lo que nos ayuda a 'crecer' como personas y a aprender de nuestros errores.

En fin, ultimamente eh tenido la idea de que dios se enojo conmigo por lo de el blog en el que cuestiono ala iglesia. No me tomen por loca, pero muchas veces mientras caminaba o estaba sola o algo así, de repente me encontraba hablando sola en voz alta, no quiero decir con esto que estuviera intentado hablar con dios o algo así, pero siempre tuve esa impresión. Se preguntara porque toco este tema de nuevo, pues les diré que es porque tengo esa espinita que no me deja de molestar, es como cuando tienes una cortada en la boca que te duele mucho pero como no dejas de chupartela no te sana. Bien no se si me explique pero es algo parecido. Me había propuesto a sacarme esa espinita y estaba convencida que a final de cuentas llegaría ala conclusión de que lo mejor era dejar de creer. Pero después, quizá por la costumbre, pensé -ya es viernes, gracias a dios- pero después dije, ¿porque gracias a dios? y pensé en cambiar mi frase por 'Gracias al cielo' pero suena medio raro así que ya, de igual forma, ya me canse de analizar y pensar en todo ese asunto, así que llegue a mi conclusión actual en la que decidí que dejare que las cosas sigan su rumbo, después de todo solo tengo dieciséis años.

Les digo, no ir ala escuela en realidad me atrofia el cerebro. Tienes tanto tiempo libre, que cualquier cosa te mantiene al cerebro entretenido. Bueno, no se cuando podre escribir otro blog, no es que sea una persona muy ocupada pero si soy medio concha, así que pues pensare en algo y si me llega mi ataque de inspiración lo escribiré.



.Karla

5/4/08

Deteniendo el tiempo

Me encontraba ahí sentada en una banca del parque, el reloj marcaba ya las 6 de la tarde, ¿Cuánto tiempo había pasado ya desde que lo había estado esperando? En realidad eso ya no tenía importancia. Todo ese tiempo que estuve ahí sentada me sirvió para analizar mi vida, nunca había esperado tanto ver a alguien como aquella vez. Pensé en todos los años de mi vida que habían transcurrido todos esos años que me recordaban lo inútil y vacía que había sido mi vida esperando por una persona que sabia que nunca volvería.

Jamás destaque en nada, jamás luche tanto por algo, no recuerdo haber tenido un sueño que deseara cumplir con toda mi alma; siempre había estado sujeta a una rutina, una rutina la cual nunca me había importado mucho. Yo no era feliz y eso estaba claro. Detrás de toda esa ‘vida perfecta’ que aparentaba ante los demás se encontraba en mi la persona mas débil que podía existir. Era una cobarde y mi vida una mentira, nunca tuve el valor de decir lo que pensaba sin tomarle importancia a lo que los demás dirían, nunca tuve el valor de luchar por algo que realmente quisiera, hasta que un día lo conocí a el.

El no era gran cosa, no era alguien rico aunque tampoco pobre, no era influyente ni era perfecto. Pero su forma de ver el mundo y la vida me hizo querer saber mas de el. Estaba en su tercer semestre de universidad, al igual que yo, a pesar de que nuestras carreras eran diferentes, coincidíamos en una clase. Fue ahí donde lo vi por primera vez, yo no era una persona popular, sin embargo tampoco era una total desconocida, aun así me gustaba estar sola, sin tener que convivir y hablar con gente sobre temas superficiales, sin tener que fingir que me importaba la conversación -cuando por dentro no tenia el menor interés en ella- y sin tener que poner una de mis muchas sonrisas falsas.

El, sin embargo, cada palabra que decía se notaba que era sincera. Muchos decían que era mejor no acercársele porque lo mas seguro es que terminaría lastimándote con sus crueles palabras. Pero yo pensaba diferente, para mi, a pesar de no conocerlo, sentía que simplemente decía lo que pensaba y lo envidiaba porque era el tipo de persona que probablemente yo no seria jamás.
Siempre pensé: “La verdad duele” y ese pensamiento irónicamente me hacia sonreír, porque me recordaba lo patética que eran las personas cuando se trataba de que alguien les dijera sus verdades. Pero aun así, quien era yo para juzgar, después de todo yo era una mentira.

Un día mientras iba del salón de clases ala parada del camión, choque con el, al momento de chocar mis libros se cayeron al suelo, el me ayudo a levantarlos –claro después de todo era lo menos que podía hacer- pensé. Entre los libros tenia uno titulado “Veinte Formas de Morir sin Dolor".

- Veinte formas de morir sin dolor.. ¿un poco deprimente el nombre no te parece?- dijo mientras me extendía el libro.
-¿tu crees? – le conteste en tono seco al mismo tiempo que miraba al suelo para ver si no olvidaba nada.
-No, simplemente pienso que es extraño que alguien que siempre esta rodeada de gente lea este tipo de cosas.
- Si supongo que si, bueno gracias. – y al momento en que decía eso mostré una sonrisa.
-No me des las gracias.. y menos con una sonrisa falsa.
Me dejo sin palabras en ese momento, ¿como supo que mi sonrisa era falsa? A pesar de llevar varios años fingiendo sonrisas nunca antes nadie se había dado cuenta, pero reponiéndome rápidamente de la impresión y para disimular que me había sorprendido dije:
-no es una sonrisa falsa es de gratitud y cortesía- le dije mostrándome molesta por su comentario.
-ha... ¿gratitud? ¿Por qué? –Dijo con tono sarcástico – después de todo yo fui el que tiro tus libros.

Me quede callada viéndolo a los ojos, había dicho exactamente lo que estaba pensando y cambiando de tema me pregunto
-¿Por que siempre sonríes?
- ¿a que te refieres? Es lo que las personas normales hacemos.
- es decir siempre te veo sonriendo pero de alguna forma puedo distinguir un vacio muy grande en ti ¿Por qué lo haces?
-tu no entiendes – le dije molesta.
- Yo solo entiendo que las personas normales – dijo enfatizando esa palabra- cuando tienen ganas de sonreír lo hacen y cuando no tienen ganas no lo hacen y no andan ahí por la vida fingiendo felicidad intentando engañar a los demás.

Y diciéndome esto se fue, sin embargo yo permanecí ahí parada como analizando lo que acaba de ocurrir y pensando en esas ultimas palabras.
Regrese a mi casa, aun pensando en lo sucedido, ¿Felicidad eh? Me dije a mi misma mientras me tiraba en ese sillón de catalogo que aun ni si quiera terminaba de pagar. ¿Qué era la felicidad? ¿Alguna vez había sido de verdad feliz? No recordaba algún momento de mi vida en el que me hubiera sentido completamente dichosa, me agarre fuerte del cojín y cuando me di cuenta ya estaba sumergida en un mar de llanto. Llore, llore y llore... ¿Cuándo había sido la última vez que había llorado de esa forma? De pronto ya no pude más y me quede dormida. Cuando desperté ya estaba oscuro, me levante del sillón dejando caer el cojín que ahora ya estaba mojado por mis lagrimas y me dirigí hacia el baño , no sin antes ver la hora en el viejo reloj que estaba en el pasillo, ya pasaba de media noche. Camine los pasos restantes hacia el baño y me refresque la cara, vi mi reflejo en aquel gran espejo que estaba colocado sobre la pared de el lavamanos, ¿estaba soñando? Nada parecía real, sentía un vacio inmenso, sin ganas de hacer nada me recosté en mi cama y ahí me quede contemplando el techo sin pensar en nada, la tristeza me había invadido por completo. Cerré mis ojos y cuando los abrí ya había amanecido.
Habían pasado 5 horas desde que me había recostado y había cerrado los ojos, sin embargo para mi fueron como 5 minutos. Me levante, tome un baño y me serví una taza de café negro, como ni animo en esos momentos y como dándose cuenta de mi estado de animo la madre naturaleza, empezó a llover. Sin pensarlo dos veces, tome mi abrigo y Salí ala calle sin rumbo alguno.

Camine y camine, conforme lo hacia las gotas de lluvia comenzaron a caer mas rápido y mas continuamente, hasta que llegue a un parque y cansada de caminar me sente en una banca que estaba en medio de aquel parque. Mire a mi alrededor y no vi a nadie, los niños que solían ir a jugar y las personas que solían salir a correr y ejercitarse no estaban. Solo estaba yo, empapada y con la mirada perdida , cuando de pronto alguien se paro frente a mi, yo no le tome importancia, seguía con la mirada fija en el piso y en esos momentos cualquier cosa me daba igual.

-¿Que haces aquí? – dijo esa voz que de inmediato reconocí.
-Nada- dije sin levantar la cabeza
-¿Puedo sentarme?- dijo aquella voz sin haber echo mucho caso a mi respuesta.
yo solo asentí con la cabeza y una vez sentado volvió a preguntar
-¿Qué haces aquí?
Voltie a verlo y era el, era aquel muchacho del día anterior que con sus palabras me había dejado impresionada a tal grado que me llevo a pensar en todo lo que había sido de mi vida hasta ese momento. Después de verlo por unos segundos, levante mi cabeza y me quede mirando hacia el cielo dejando salir un suspiro
-Contemplo la lluvia- dije.
Pude escuchar de su parte un leve sonido parecido a un “uhmm” y así permanecimos en silencio hasta que el lo rompió
-Lo siento...
-¿Eh...?- fue lo primero que pude decir, seguía perdida en mis pensamientos.
El haciendo un gran esfuerzo por pronunciar las siguientes palabras continúo diciendo
-Si, quería disculparme por como te hable ayer, no por lo que te dije porque aun sostengo esas palabras, pero si por la forma en que te lo dije, porque se que no fue la mejor y que no esperabas escuchar eso de alguien que ni siquiera conoces.

Habiendo dicho esto se levanto y se dispuso a marcharse sin embargo yo estaba enmudecida por lo que acababa de escuchar, pero no quería que se fuera, así que por fin conseguí decir

-te… tenias razón.

En cuanto escucho eso se detuvo y me miro, pude distinguir por la expresión de su cara que estaba sorprendido y que así como yo no esperaba que el se hubiera disculpado el al igual no esperaba que yo le contestara y que además de todo aceptara que el estaba en lo correcto.
-Bueno pues si es verdad lo que te dije, siempre te veo rodeada de gente pero en tus ojos siempre veo esa mirada de tristeza e infelicidad – empezó a decir con una voz suave que me hizo querer seguir escuchándolo – sin embargo, cuando te veo leyendo puedo distinguir un brillo en tus ojos como si en verdad lo disfrutaras.

¡Tenia razón! Como ese desconocido podía saber tanto de mi solo con mirarme, ¿Acaso era tan obvio lo que de verdad quería?

-Es cierto – dije- disfruto mucho leer, me gusta mas que estar hablando de cosas irrelevantes y superficiales con los demás.
-¿Entonces porque lo haces?
-No lo se...
-¿Estas segura?
-Si… es solo que todos esperan que yo sea de una forma y simplemente trato de cumplir sus expectativas.-¿No te hace sentir vacía eso?
-Supongo, ¿pero que esperas que haga? no tengo el valor para luchar hacer lo que quiero sin importar lo que los demás piensen de mi. ¿Que hay de ti? ¿No te molesta lo que los demás dicen de ti?
-¿Qué dicen de mi?
- Pues que eres una persona cruel y que no te importa lastimar a los demás con tus palabras.
-Pues si ellos lo dicen seguramente eso es lo que soy
-¿No te molesta?
-No a decir verdad me tiene sin cuidado lo que los demás piensen de mi, si creen que soy así es porque no me conocen y yo no puedo hacer nada para cambiar su opinión de mi, a diferencia de mucha gente prefiero tener amigos que me quieran por lo que realmente soy y no lo que aparento ser.
-ha ha, eres muy extraño- dije mostrando una sonrisa sincera que el noto de inmediato.
-vez es mejor sonreír cuando tienes ganas de hacerlo
-a mi me molesta un poco que digan cosas de ti, eres muy diferente a lo que ellos creen.
-Claro! Porque soy como quiero ser, hago todo de forma que nunca tenga que arrepentirme de nada, ya que la vida no es eterna.

Sus palabras me asombraron pero pude presentir un cierto toque de nostalgia y amargura cuando pronuncio estas ultimas, claro que jamás me imagine cual seria la verdad de tras de todo eso.
La lluvia se había detenido y el sol empezaba a salir de entre las nubes, entonces el se levanto se quito su chamarra me la puso sobre la cabeza y me dijo

-Ve a casa ya es tarde, y espero que no te enfermes.

Y se marcho, yo me quede ahí contemplándolo mientras se alejaba. Esa noche cuando regrese a mi casa, me acosté y me quede dormida enseguida, no había podido dormir bien en los últimos meses y esa noche dormí como un bebe como si todos mis problemas ya no importaran. A la mañana siguiente tenia un insoportable dolor de cabeza y un indeseable resfriado, el resultado de mi aventura de el día pasado. Así que gracias a eso tuve que permanecer en mi casa ese domingo.

El lunes siguiente me sentí mejor, el dolor de cabeza había desaparecido y los estornudos eran menos frecuentes. La universidad era otra de las cosas que disfrutaba tanto como la lectura, amaba mi carrera. Estaba estudiando para ser escritora, desde que era niña siempre había tenido cierto interés por los libros, me fascinaba pasar horas leyendo, mi padre siempre quiso que yo estudiara medicina y mi madre prefería la arquitectura, cada uno quería que yo cumpliera sus sueños, debo admitir que para mi ninguna de las dos me llamaba la atención pues mi sueño era ser una escritora famosa algún día.

Mis padres nunca podían estar juntos en el mismo cuarto por mas de media hora sin empezar a discutir, pero a pesar de sus problemas no entendí porque nunca se separaron hasta que mas tarde descubrí que seguían juntos por mi bien. Y para ser sincera hubiera preferido crecer siendo una niña de padres divorciados a una niña que toda su infancia y adolescencia se la pasó escuchando las peleas de sus padres. Uno de esos días en los que ellos discutían sobre mi futuro, saque fuerzas de alguna parte de mí y me opuse a los dos.
Yo no quería cumplir sus sueños, quería cumplir los míos y les deje en claro que ellos no controlarían mi vida ni decidirían por mí, así fue como termine estudiando para ser escritora y en cuanto pude me mude a vivir yo sola. Esa era la única vez que recordaba que había luchado realmente por algo que quisiera, el resto de mi vida me la había pasado haciendo los que mis padres querían orillándome inconscientemente ala infelicidad.
Eran ya las doce y el timbre acababa de sonar, todo el día había estado esperando el momento de poder hablar con aquel muchacho de nuevo, con sus palabras cambiaba algo en mi y me hacia querer ser una persona diferente y tomar el control de mi vida. Había estado pensando toda la mañana en toparme con el ‘casualmente’ entregarle su chamarra – que ya había lavado y planchado doblándola cuidadosamente y colocándola dentro de una de esas bolsas de plástico con el nombre de un diseñador famoso impreso en el costado- esperaba que al hacer esto pudiera agradecerle lo de el sábado anterior y que pudiéramos desarrollar una conversación y quizá ser amigos en un futuro, esa idea no me desagradaba para nada.

Entonces decidida a toparme con el muy casualmente Salí y me dirigí hacia la cafetería suponiendo que pudiera estar ahí, pero sin dejar de pasar la mirada por cada lugar y edificio por el que iba pasando para ver si no se encontraba ahí. Entonces lo vi, iba caminando con un muchacho, de su salón tal vez, y como lo había previsto se dirigía ala cafetería. Toda mi determinación se había desvanecido, es decir ¿que tal si me veía y no me recordaba? No podría soportar la vergüenza y menos si lo hacia frente a los demás, entonces muy decidida a dar media vuelta y marcharme escuche que alguien me grito ¡Hey! , Era el, yo solo lo salude con la mano y pensaba en seguir con el plan ya establecido

-¡Espera! – dijo el y camino hacia mi abandonando a su amigo.
– Hola- dijo cuando llego conmigo – ¿a donde ibas?
-Yo... – dije con voz insegura – yo iba a la cafetería pero recordé que olvide algo en mi salón- mentí.- te acompaño si quieres- me dijo como sospechando que estaba mintiendo- no, no te preocupes, olvídalo ya no tiene importancia.-Bien, entonces vayamos a caminar un poco.
Caminamos en silencio hasta que cansada de ese silencio incomodo me decidí a decir lo que tenia planeado originalmente, tosí un poco para aclarar mi garganta y dije
-oye... te agradezco por lo del sábado-
Me voltio a ver como intrigado por lo que diría después y yo continúe:
-Me sirvió mucho tu compañía.
-me vio fijamente a los ojos analizándome y después dijo
-¡Ahh!! No fue nada, solo dije lo que pensaba, además te veías un poco mal.
-Si, bueno, nunca hablo con los demás sobre como me siento o cosas así, en realidad es muy difícil para mi porque no se bien como expresarme, sin embargo a pesar de no conocerte, contigo fue diferentes desde la primera vez que te vi en la clase de filosofía supe que no eras igual que los demás y... – me detuve porque me era mas difícil dejar salir las palabras siguientes.
-¿Y...? -dijo el como ansioso de lo que diría después
-y me gustaría conocerte mas y que fuéramos amigos- dije con cierto nerviosismo por la respuesta que me daría después.
-Claro! No tengo ningún problema de echo a mi también me gustaría conocerte mas.
y termino esas palabras mostrándome una de las mas pura y bellas sonrisas que jamás había visto.
Después los dos nos despedimos esperando volver a encontrarnos al día siguiente.
Cuando regresaba de la escuela no podía pensar en otra cosa mas que en el día siguiente, tenia ganas de verlo y de saber mas de el , cuando de pronto recordé que no sabia su nombre.
El siguiente día lo primero que hice en cuanto lo vi fue preguntarle su nombre
-Derek y el tuyo?
- Emily.

Y ese fue el comienzo de nuestra amistad, Todos los días esperaba con ansias el momento de verlo me hacia sentir emocionada y animada, estaba empezando a conocer la felicidad, hablábamos acerca de nosotros, de lo que pensábamos, la política, el medio ambiente de nuestros deseos y nuestros sueños. Estando con el, el tiempo pasaba muy rápido y nada mas me importaba. Un día le pregunte acerca de su carrera
-Periodismo, estoy estudiando periodismo.
-Que te llevo a estudiar periodismo?- le dije con cierta curiosidad.
- No estoy muy seguro- y pareció que su mente se ausento por un momento – Mira a nuestro alrededor , el mundo esta lleno de grandes historias, no solo muertes y tragedias, se que el mundo necesita estar enterado de todo lo que pasa, pero una buena noticia nunca esta demás, una noticia que exprese y deje ver a las personas que sigue existiendo la generosidad y los buenos deseos, la vida es tan corta como para desperdiciarla con malas noticias.
Una vez mas pude distinguir en su voz amargura y tristeza y pude ver en su mirada un vacio tan grande que me estremeció, sabia que me estaba ocultando algo, pero no me atreví a preguntar. Ya en mi casa, pensé en que era eso que me pudiera estar ocultando.

Llevábamos meses de conocernos y siempre tuve la sensación de que había algo que no me quería decir excepto por aquella vez, en la que me pregunto porque quería ser escritora. Le conté mi historia sobre como me había enfrentado a mis padres para defender lo que quería , después surgió el tema de su familia. Me conto que su madre siempre se opuso a que estudiara la universidad, puesto que la consideraba inútil y que debería hacer algo mejor con ese tiempo. Pero después de mucho logro convencerla , a pesar de que le pregunte la razón por la que su madre se había opuesto y a pesar de que el trato de contestar a mi pregunta al final se arrepintió y la evadió cambiando de tema.
¿Cuál era el gran secreto? ¿Tan difícil era que no podía decírmelo? ¿A mi? Que prácticamente me había convertido en su mejor amiga, pero estaba segura que algún día lo descubriría.
Así pasaron los días, los meses, hasta que llego diciembre, hacia mucho frio por esa época, lo recuerdo con claridad, la lluvia casi llegaba ala ciudad. Tres semanas antes de navidad recibí una llamada telefónica, era de mi madre, había recibido una postal de mi tía Rosa que vivía en Los Ángeles, quería que fuéramos a su casa en navidad y mama no se pudo negar, así que ese día me llamo para avisarme que estuviera lista porque nos íbamos en una semana.
Las vacaciones ya habían empezado en la universidad, pero como mi relación con Derek ya era muy cercana, nos seguíamos frecuentando para ir a comer al cine o a pasear por la ciudad. Yo ya no lo veía simplemente como mi mejor amigo, habían pasado tantas cosas juntos que cuando menos me di cuenta descubrí que estaba enamorada de el, claro que no se lo decía.
Pase un día entero recorriendo el centro comercial en busca de el regalo perfecto para mi amado Derek, al final me decidí por un gorrito para el frio de esos que estaban de moda y una chamarra que en cuanto la vi pensé en el, claro que no necesitaba ver una chamarra que me lo recordara, porque la mayor parte de el día mi mente estaba ocupada por pensamientos de el.

Había quedado de verme con el al día siguiente para ir a tomar un café. Cuando abrió su regalo de inmediato me lo agradeció y por su cara pude ver que estaba muy complacido con el, de igual forma el me dio un regalo, un regalo que hasta la fecha aun conservo como uno de mis mas grandes tesoros. Era un hermoso collar con la forma de un osito sosteniendo un corazón.
-En cuanto lo vi, pensé en ti- me dijo muy animado y con una gran sonrisa dibujada en su rostro me ayudo a ponérmelo.
-¿Qué harás en navidad? -Me pregunto mientras levantaba su taza de café
-Ah.. Supongo que tendré que ir ala casa de mi tía en los ángeles junto con mis padres aunque no me agrada mucho la idea…
-¿Deberías estar un poco mas feliz no crees? A pesar de vivir en la misma ciudad que ellos tienes mucho tiempo sin verlos ¿no?
-Siete meses para ser exacta.
-¡¿Siete meses?! Eso es mucho tiempo - me dijo sorprendido.
-Si pero no el suficiente…
-No digas eso Emily.
-Lo digo porque tú no sabes lo que es estar con dos personas que difícilmente pueden respirar el mismo aire sin tener que pelear, tus padres siempre están contigo apoyándote, cuidándote y protegiéndote, no tienes que lidiar con estos problemas.
-¿Crees que eres la única con problemas? Tú no entiendes nada.-¡Entendería si me lo dijeras! Se que hay algo que me ocultas , ¿A caso no me tienes confianza?
-¡¡Basta!!- dijo levantándose y golpeando la mesa con las manos- no tengo porque decirte todo- dijo al momento que sacaba un billete de su cartera y lo ponía sobre la mesa .
Entonces se marcho, Espera, eran las palabras que debí haber dicho en aquel momento pero no pude pronunciar. Me marche del lugar confundida, ¿Qué había sido todo eso?, me sentía mal, triste y vacía, justo como me había sentido aquellos días antes de conocerlo. Era la primera vez que peleábamos de esa forma .

Una semana había pasado desde el incidente del el restaurante, me encontraba empacando para ir a casa de mi tía. Ni una llamada, mensaje, recado, visita, nada, comenzaba a preocuparme. Cuando menos me daba cuenta, ahí estaba parada junto al teléfono esperando que sonara y otras veces con el teléfono en la mano intentando marcar esos números que ya sabia de memoria, pero el miedo siempre me detuvo. Y así llego la hora de partir, me fui de esa ciudad sin haber hablado con el y pensando en lo arrepentida que estaba por el ultimo encuentro que habíamos tenido.
Paso navidad, año nuevo y llego enero. La reunión con mi familia fue todo lo que había esperado, discusiones, peleas y ese ambiente sofocado en el que me costaba trabajo respirar.
Todo ese tiempo solo había estado pensando en una cosa, Derek, no podía esperar a regresar para ir a su casa y disculparme por lo ocurrido, después de todo no podíamos seguir enojados por una cosa sin importancia, yo había comprendido que era cierto lo que me había dicho, no tenia porque decirme todo, a pesar de que yo esperaba que si lo hiciera, pero entendí que el tenia sus motivos para no hacerlo.

Así cuando volví, lo primero que hice fue correr a su casa, toque el timbre y espere frente a esa gran puerta blanca, ya estaba anocheciendo y hacia bastante frio. Después de tocar el timbre unas dos o tres veces , abrió la puerta una señora de aspecto mayor. Yo había visto a su madre una vez y esa definitivamente no era su mama. La señora que cuida la casa, pensé.
-Buenas tardes, ¿esta Derek?
La señora me miro y soltó un suspiro
-Señorita, el joven Derek, no esta, lleva una semana en el hospital, al parecer sufrió un ataque al corazón y parece ser que esta muy grave. Aquí tiene la dirección. – y me extendió un papel al mismo tiempo que cerraba la puerta.
¿Qué? ¿Hospital?¿Grave? ¿Como había sucedido todo eso? No podía ser, corrí tan rápido como pude ala dirección que estaba escrita en el papel, no se cuantas cuadras habrán sido ni por cuanto tiempo estuve corriendo, solo se que corrí con todas mis fuerzas.

Cuando llegue al hospital pude ver a una mujer abrazada a un hombre sentados en la sala de espera, la mujer estaba echa un mar de lagrimas, era su madre. Temerosa me acerque con ellos
-¿Cómo... como... esta Derek? - pregunte aun un poco agitada después de haber corrido tanto.Su padre, un hombre que a pesar de ser joven, en aquel momento aparentaba la edad de una persona de cincuenta años, me miro y me respondió:
-Esta muy mal, los doctores hacen lo que pueden pero no nos dan muchas esperanzas.
En ese momento pude escuchar que los sollozos de su madre se hacían más intensos al mismo tiempo que unas lágrimas rodaban por mis mejillas.
-¿Pero que fue lo que paso?- pregunte con un enorme nudo en mi garganta y mis ojos inundados de lagrimas.-¿No lo sabes?- pregunto su padre medio sorprendido – siempre había tenido problemas de el corazón, y sabíamos que algún día así llegaría pero..- se interrumpió y paso saliva, pude entender que para el era muy difícil todo eso, sin embargo continuo- últimamente lo habíamos visto un poco decaído , como que le preocupaba algo, pero nunca nos dijo que era y al parecer esto contribuyo a que su situación empeorara provocándole el ataque.

¿Que era todo eso? ¿A caso yo había sido yo la causante de ese ataque? Todo tenia que ser un sueño, ¡un mal sueño!, cuando despertara nada de esto estaría ocurriendo y volvería a verlo sonreír como solía hacerlo. Pero nada de eso fue un sueño. Un doctor se acerco con sus padres.

-Parece que quiere ver a alguien llamada Emily…- informo el doctor.
Sus padres de inmediato me vieron a mí
-Tú eres Emily, ¿Verdad? – pregunto su madre con un tono de voz que apenas y alcance a escuchar.-Si… - dije con voz temblorosa.-Acompáñeme señorita. – dijo esto el doctor mientras se daba la media vuelta para guiarme al cuarto de Derek.

Mientras recorría aquel largo pasillo que nunca olvidare, el doctor hablaba, pero mi mente estaba tan distante, que no pude escuchar ni una sola palabra de las que pronuncio el doctor. Llegue a su cuarto y el se encontraba ahí, recostado en esa cama tan indefenso y débil, tan pálido, luchando entre la vida y la muerte.-Procure ser breve- dijo el doctor con su tono técnico e indiferente que tanto odiaba.El me vio, y yo pude apreciar como su mirada se iluminaba cuando me vio entrar por esa puerta, hablar le era imposible debido ala mascara de oxigeno ala que estaba conectado, me acerque, tome su mano y me arrodille a un lado de su cama, necesitaba estar junto a el.
-Lo siento, lo siento, lo siento tanto, todo esto es mi culpa. Pero por favor, tienes que luchar, tus padres te necesitan, tus amigos… yo te necesito, no me puedes dejar, piensa en todo lo que nos falta por vivir, toda una vida por delante, yo te amo, te amo tanto... – dije sin poder contener las lagrimas.

El apretó mi mano con todas las pocas fuerzas que le quedaban, dándome a entender que lo entendía todo y que no necesitaba pedirle perdón por nada. Una última sonrisa se dibujo en su cara, y después pude sentir como la fuerza de su mano iba disminuyendo, hasta que su mano ya sin vida cayó sobre la cama. A lo lejos escuche voces de doctores y enfermeras y los aparatos sonando con su alarma de emergencia, ecos de enfermeras pidiéndome salir de la habitación, pero aunque mi cuerpo estaba ahí, mi mente no.
Fue como si el hubiera estado esperando a verme para poder morir tranquilo. Todos esos doctores y enfermeras luchaban por hacer latir de nuevo el corazón de Derek, pero era demasiado tarde, su corazón se había detenido y era para siempre.
El día en que velamos a Derek, fue sin duda alguno uno de los más tristes de mi vida. Asistió poca gente, solo la familia y amistades más cercanas, ya que a Derek nunca le gustaron las grandes multitudes. Yo estaba de pie, junto al ataúd, contemplando el cuerpo inmóvil de mi amado, que vestía aquella chamarra que yo le había regalado. Acaricie su rostro por última vez y bese sus helados labios. No podía soportarlo, tenia ganas de morir junto con el, y el llanto me invadió de nuevo. El día del entierro fue la última vez que llore, hasta que recibí una visita inesperada.
Habían pasado ya varios meses de su muerte, y no paso un solo día en el que yo no hubiera deseado morir, sin embargo ahí seguía. Yo era como un cadáver, muerta en vida, había perdido las ganas y el ánimo de hacer cualquier cosa… una vez mas mi vida estaba vacía.Ese día yo me encontraba acostada en el sillón con la mente en blanco, cuando llamaron a mi puerta. Era la madre de Derek. Me sorprendió bastante verla, la invite a pasar a mi casa pero me explico que solo era una visita rápida y que quería entregarme algo . Una carta era una carta de el , me dijo que la habían encontrado entre sus cosas y que consideraron que lo mejor seria entregármela. No sabia que hacer, tenia miedo de lo que pudiera decir esa carta pero debía leerla.
Abrí el sobre con cuidado y mis ojos se nublaron mientras leía la carta:

Emily:

Si estas leyendo esto significa que probablemente ya este muerto.
Quiero pedirte perdón, pues se muy bien que debí haberte dicho que estaba enfermo.
Pero quiero que sepas que no lo hice porque no quería preocuparte…
“La vida es tan corta como para dejar que las malas noticias siempre la arruinen”.

Quiero que sepas que si no te llame no fue porque no hubiera querido, simplemente fue que no me atreví, porque hubiera tenido que decirte la verdad y no quería verte llorar.
Yo sentía que mi muerte estaba cerca, ( no me equivoque) y no me habría perdonado
Haberte echo sufrir por mi causa. No quiero que te culpes de mi muerte, porque no eres culpable, en realidad nadie lo es. Sin embargo , en este último año, tú lograste hacerme más feliz de lo que pude haber sido anteriormente, y me duele que ya no podamos estar juntos para compartir el resto de nuestras vidas. Pero quiero agradecerte, por todos esos momentos maravillosos.

Por ultimo quiero que sepas que te ame y siempre te amare con todo el corazón, y si volviera a nacer no dudaría en conocerte de nuevo. Preferiría una vida corta y haberte conocido, a una vida larga sin haberte conocido nunca. Siempre debes luchar por tus sueños y salir adelante sin importarte lo que la gente piense o diga de ti y sin miedo, nunca dejes que el miedo te domine. Si algún día dudas de ti misma o crees que ya no puedes, piensa en mí, recuerda que yo siempre estaré ahí a tu lado apoyándote y cuidándote.

Con todo mi amor

Derek

Tome mi abrigo y camine hacia aquel parque. Me senté en esa banca y como recordando aquella vez en la que nos sentamos juntos en ese lugar bajo la lluvia empezó a llover. Lagrimas salieron de mis ojos una vez mas, a pesar de que yo creía que nunca mas podría volver a llorar.

Hoy han pasado 20 años desde su muerte, y aquí me encuentro, sentada en esta banca del parque ¿Cuánto tiempo ah pasado desde que lo eh estado esperando? En realidad eso ya no tiene importancia. Nunca desee tanto ver a alguien como ahora. De vez en cuando vuelvo a este parque y me siento a esperar varias horas, con la esperanza de que al voltear podre verlo sentado a mi lado y podre escuchar su voz una vez mas dándome fuerzas para seguir adelante, aunque se que eso no sucederá. Entonces solo me levanto y camino hacia mi casa con las manos dentro de los bolsillos de mi abrigo apretando aquella vieja carta tan especial y recordándolo, Ya que su recuerdo y sus palabras son lo único que me motivan ahora para seguir con vida. Pero tengo la certeza de que algún día nos volveremos a encontrar y podremos estar juntos
una vez más.